¿Qué impacto tiene la alimentación en nuestra salud?
La salud es uno de los principales factores del ser humano para vivir y hay multitud de componentes que configuran nuestro buen estado. La nutrición es esencial para un buen estado de salud. Los alimentos se transmiten mediante las tradiciones culturales y la familia.
La alimentación es nuestra fuente de energía y ésta debe ser estructurada y dosificada de forma correcta, un exceso o una carencia puede conllevar diversos problemas. La actitud es un componente imprescindible en nuestra alimentación.
La alimentación como filosofía se basa, esencialmente, en el cuidado y carácter de lo que ingerimos. Los alimentos no se deben considerar como “método para saciar el hambre” sino como fuente de energía. Ser conscientes de cuales son las mejores fuentes de energía para nuestra salud y bienestar es lo que configura una nutrición saludable fundamentada en la concienciación de lo que realmente comemos.
Los especialistas recomiendan:
- Una buena base de frutas y verduras de forma rutinaria en nuestra dieta.
- Establecer un ritmo natural y una buena conducta ante la ingesta de alimentos (cantidad, horario, frecuencia…).
- Tener conciencia, en todos los sentidos, de los alimentos que se consumen.
- Alimentos equilibrados en cantidad y variedad.
- Aportar todos y cada uno de los nutrientes necesarios para nuestro cuerpo.
- No saltarse las comidas (principalmente el desayuno).
- Beber entre 1’5 y 2 litros de agua al día.
- Moderar el consumo de grasas y carnes.
- Masticar y saborear los alimentos con calma.
- Llevar una vida activa y evitar el sedentarismo.
Uno de los claros ejemplos de filosofía en la alimentación es el vegetarianismo. Esta tendencia se asume por gusto, por convicción (no querer alimentarse de seres vivos) o por motivos religiosos. El vegetarianismo considera que el acto de comer no es tan solo “nutrirse” sino que también es una actividad placentera para el propio bienestar.
La filosofía de la alimentación tiene como objetivo la salud tanto física como mental. El bienestar cognitivo se puede conseguir con la comida siempre y cuando se respeten y se apliquen unos hábitos alimentarios saludables. Diversos estudios demuestran que la sociedad de hoy en día se preocupa por la nutrición y los hábitos a la hora de comprar e ingerir alimentos.
Una buena alimentación induce al buen mantenimiento de nuestro organismo además de intervenir en aspectos psicológicos. Cambiar nuestros esquemas y comportamientos en nuestra alimentación modificará nuestra potencia en todos los sentidos. Inculcar desde pequeños unos buenos hábitos y conductas es imprescindible para el buen desarrollo tanto físico como mental de las personas.
En conclusión, es evidente que el gusto de los consumidores está cambiando a favor de un consumo que favorece nuestra calidad de vida. Esto ocurre a causa de los nuevos enfoques culturales y sociales, así como la concienciación de la población. Están emergiendo nuevos hábitos nutritivos (basados en la filosofía de la alimentación) propiciando un nuevo estilo de vida para mejorar nuestra salud. Los hábitos alimentarios, por tanto, se están dejando de “usar” como patrones para convertirlos en un arte orientado y organizado, diseñando una conducta para nuestro total bienestar. Al fin y al cabo, somos lo que comemos.