Las pulseras fluorescentes se han vuelto tan populares en España y, en general, en todo el mundo, que ya los asistentes a todo tipo de eventos y festejos nocturnos, se extrañan cuando no están presentes, alegrando y dándole todo el colorido y la alegría al evento mismo. ¡Así que no dudes en comprar pulseras fluorescentes luminosas para tus fiestas!
El infame mito de su supuesta toxicidad
Ya habíamos tratado este tema, con ocasión de otra publicación. Sin embargo, esta vez, le daremos un enfoque diferente para disipar, de una vez por todas, la duda sobre el peligro que representan las pulseras fluorescentes.
En 1965, aparecieron una serie de patentes sobre un pequeño dispositivo de plástico, que utilizaba una reacción química para generar luz. Ahora, ya en 1976, tres personas fueron reconocidas como las verdaderas inventoras del dispositivo patentado.
La patente hace alusión a un “Dispositivo de Quimioluminiscencia de Señal”.
Las “barritas de luz”, como también se les conoce a estas pulseras, se utilizan en variados tipos de eventos públicos al aire libre o, si se quiere, “semi-libre”.
Es claro, eso sí, que el tubo de plástico que contiene sustancias químicas, podría ser abierto para liberar los productos químicos, pero se recomienda no hacerlo, por cuanto se trata del Ftalato de Dibutilo que, valga decirlo, es una sustancia aceitosa, clara y casi que incolora.
Entonces, mientras el usuario no rompa la pulsera y se limite, tan sólo, a su uso original, esto es, a agitarla para que se liberen las sustancias internamente, jamás existirá problema alguno con la salud, ni con el medio ambiente.
Pensemos, nada más, en un coche BMW que, por sí solo, no genera daño alguno, a menos que nos dediquemos, irresponsablemente, conducirlo a 120 kilómetros por hora en plena ciudad.
Si no Rompemos las pulseras fluorescentes, no habrá problema alguno
De la misma forma, si nos limitamos a agitar la pulsera para que genere luz (y sin romperla, reiteramos) no se producirá daño alguno.
Si bien es cierto que algunos jóvenes (y otros no tan jóvenes) gustan de romper las pulseras, con el fin de esparcir el líquido luminiscente, para difundir su precioso y llamativo brillo, también es cierto que se trata de una acto irresponsable que, dicho sea de paso, está contraindicado en el empaque en el que entregamos el producto.
Lo mismo sucede, exactamente, con los ineludibles medicamentos (sean o no de venta libre): si se les ingiere indebidamente, esto es, en dosis mayores a las recomendadas por el médico o, bien, en combinación con alcohol, por ejemplo, los efectos nocivos no se harán esperar.
Ahora, partiendo de la hipótesis de que estas pulseras son utilizadas debidamente (que es lo más usual y normal), es preciso acotar que no existe mejor dispositivo para alegrar y embellecer todo tipo de eventos nocturnos.
Ahora, mientras mayor sea la cantidad de pulseras y, además, la variedad de sus preciosos colores, presentes en un evento, más suntuoso será el espectáculo. Las chicas, más que todo, son quienes suelen colocarse varias pulseras fluorescentes en ambos brazos, lo que las hace lucir radiantes, alegres y como las protagonistas del evento, más allá de los artistas del eventual concierto.